BOTOX

Introducción
Áreas Tratadas
Tratamiento con Toxina Botulínica
Efectos Secundarios

INTRODUCCIÓN

La toxina botulínica tipo A, es una toxina purificada, que en grandes cantidades, esta toxina bloquea las señales nerviosas que van desde el cerebro al músculo produciendo una parálisis generalizada, llamado botulismo.

Sin embargo, mediante la inyección de cantidades mínimas en un músculo facial específico, únicamente se bloqueará la señal nerviosa de este determinado músculo, originando una relajación local. De esta manera, la toxina botulínica inmoviliza la causa subyacente de la no deseada arruga, es decir, los músculos que tiran y arrugan la piel y eliminan esta determinada expresión. No hay cambios en la sensación percibida por la piel después de la inyección de la toxina botulínica.

La toxina botulínica ha sido utilizada desde el año 1980 para tratar muchas alteraciones musculares, como los tics en los párpados o el parpadeo incontrolado. También la inyección de toxina puede ser utilizada para disminuir la sudoración excesiva de las axilas, palmas de las manos o de los pies.

Áreas Tratadas

La toxina botulínica se inyecta directamente en el músculo facial específico para tratar las líneas verticales entre las cejas, las patas de gallo, las arrugas frontales y en el músculo cutáneo del cuello.

Una vez que el músculo se relaja no puede contraerse por lo que no se puede producir esa expresión facial no deseada. Como consecuencia, las líneas se van suavizando gradualmente y se previene la formación de nuevas arrugas. Los otros músculos que se necesitan, por ejemplo para elevar los párpados, no se afectan por lo que la expresión natural de la cara se mantiene. La toxina botulínica no puede utilizarse para las líneas o arrugas situadas alrededor de la boca ya que la acción de los músculos en esta área se necesitan para la expresión y para otras funciones importantes, como la de comer.

Tratamiento mediante la inyección de Toxina Botulínica

El tratamiento supone la inyección de pequeñas cantidades de toxina botulínica en los músculos subyacentes para producir la relajación de estos. Este tratamiento se puede realizar en unos minutos sin necesidad de periodos de recuperación y solamente con unas mínimas molestias, las que produce la inyección de una aguja extremadamente fina en la piel que previamente se puede insensibilizar con una pomada anestésica. La toxina botulínica comienza a hacer efecto a los 3-7 días después de su inyección. La mejoría permanece durante 4-6 meses, después de los cuales el efecto se disipa gradualmente y vuelve a recobrarse la acción muscular. Mediante las inyecciones repetidas se consigue una relajación muscular mantenida y así los efectos deseados a largo plazo, que son la desaparición o atenuación importante de estas arrugas. De esto podemos deducir que el mecanismo de acción de la toxina botulínica es muy diferente a la inyección de sustancias rellenadoras de surcos como el colágeno o el ácido hialurónico.

Efectos Secundarios

Los efectos secundarios son mínimos y están en relación con la inyección local. Con relativa infrecuencia se pueden sentir molestias o pequeños hematomas alrededor del sitio de inyección. Se pueden utilizar maquillajes después del tratamiento, pero se debe tener cuidado de no presionar o masajear el área tratada durante unas 6-8 horas después de la inyección. En raras ocasiones algunos pacientes pueden desarrollar debilidad de los músculos vecinos como una relajación temporal de las cejas o dolor de cabeza.

Todos estos posibles efectos secundarios son siempre moderados y temporales y en la mayoría de los casos no existe ninguna limitación para realizar las actividades rutinarias.

La toxina botulínica se ha convertido en una de las 'estrellas' de la medicina estética, y sigue siendo uno de los tratamientos más demandados y realizados en las clínicas. Seguro que has oído hablar de ella, o en concreto, del Botox®, el nombre comercial y marca registrada que le dio uno de los laboratorios que la elaboran a la toxina tipo A, que es la que se utiliza en estética. Por ello, hemos querido acercarnos a este procedimiento para conocer más sobre él, sus pros y sus contras, su buena y su mala fama... todo lo que hay detrás de esta 'sustancia mágica'.

El Botox, toxina botulínica proporciona un remedio rápido y eficaz para las líneas y las arrugas faciales que se forman a causa del envejecimiento, el estrés, las preocupaciones y los factores ambientales, aún en las personas jóvenes. Un tratamiento cutáneo con inyecciones de Botox® suaviza las líneas de la frente y las que se encuentran entre los ojos y en la base de la nariz. Con Botox®, derivado de la toxina botulínica, las "patas de gallo" de los costados de los ojos, arrugas de la frente, entrecejo disminuyen o desaparecen, y el rostro luce más joven y vital.

¿Qué es?

Y lo primero que tenemos que aclarar es qué es exactamente. “Es un producto que relaja parte de las fibras de los músculos en los que se inyecta para disminuir la potencia de su contracción. Actúa evitando la comunicación entre los nervios que envían la orden de la contracción y los propios músculos, para disminuir la actividad de estos últimos. Esto evita parte de los pliegues de la piel que se producen por un exceso de potencia en los músculos de la mímica facial y atenúa o hace desaparecer las arrugas”. “Es una proteína que se produce por una bacteria que se llama clostridium botulimun que, al llegar a la unión neuromuscular lo que bloquea es la acción del nervio sobre el músculo, evitando así la contracción muscular”.

¿Por qué se usa en estética?

Durante los años 70, el doctor Alan B. Scott comenzó a inyectarlo en el entrecejo de los pacientes afectados de estrabismo, dándose cuenta de que también mejoraban las arrugas del entrecejo de dichas personas, iniciándose así su trayectoria en estética y los consiguientes estudios para su uso en medicina estética.

Usos en estética

Y una vez que conocemos su origen y cómo actúa, tal vez te plantees cuáles son sus principales usos en estética. Seguro que has oído alguna vez que ésta o aquélla celeb se ha puesto botox, pero no tienes claro dónde o con qué objetivo. “El principal uso es la corrección de las arrugas de expresión, a nivel de entrecejo, patas de gallo y frente”. Así, fundamentalmente se emplea para corregir las arrugas “del tercio superior de la cara”, “está indicado para aquellas personas que gesticulan mucho y producen arrugas de expresión”. Con su aplicación, “se consigue relajar la expresión facial a nivel de los ojos, así como mejorar las arrugas de la frente”. De forma muy práctica, para entender cómo funciona, hay que mirarse frente a un espejo y poner cara de enfado, reír o fruncir el ceño: las arrugas que aparecen sí que pueden ser mitigadas con la infiltración de esta toxina.

¿Tiene efectos secundarios?

Aunque se lleva usando desde hace años en medicina estética, lo cierto es que aún va ligado a algunos estigmas que pueden hacer dudar a un potencial paciente a la hora de utilizar el botox. Y es que se habla de sus posibles efectos secundarios, entre ellos ese tan comentado de que afecta a la expresión natural del rostro. Los resultados deben conseguir un aspecto natural y relajado y no una expresión congelada. Los problemas que pueden surgir son las asimetrías y movimientos poco naturales, visibles al gesticular o estornudar, por ejemplo. Pero las posibles complicaciones son reversibles, lo que hace que se trate de un procedimiento muy seguro.

“El botox es un producto buenísimo, se pincha muchísimo y los resultados son buenísimos, pero como en todo hay quien es más exagerado y deja resultados totalmente artificiales”. “Cuando se inyecta en el entrecejo y el paciente tiene una anatomía poco común o no sigue las instrucciones post inyección podría difundir al músculo elevador del párpado superior y tener dificultad para abrir el ojo de manera transitoria”.

La importancia de elegir bien al profesional médico

En lo que inciden los expertos es en la importancia de elegir un profesional de reconocido prestigio. Inyectado por profesionales, el único problema habitual podría ser la aparición de pequeños hematomas”, además de cefaleas o dolores de cabeza transitorios tras la inyección, que se pueden mitigar con analgésicos. En los comienzos, en torno al año 2002, cuando se popularizó y su éxito creció como la espuma, se llegó a inyectar en lugares inadecuados (hasta en peluquerías o gimnasios) y por personas no cualificadas. Hoy en día es una sustancia permitida y regulado su uso.

Imagen Botox

¿Está contraindicado en alguna situación?

Además, hay que tener en cuenta que hay algunos casos en los que su uso está contraindicado, como en las enfermedades sistémicas neurológicas, en el embarazo y la lactancia, o en casos de hipersensibilidad o alergia a la albúmina del huevo y ciertos fármacos.

¿Cuántas sesiones son necesarias?

“El tratamiento es muy rápido, dura unos 15 minutos, y normalmente se cita al paciente al cabo de 15 días por si hiciera falta un retoque”. “Tras la petición de la cita y la visita, se realiza el marcado de los puntos de inyección, adecuados al tipo de músculo de cada paciente. Se establece la dosis y se realiza la inyección con agujas, previa desinfección de la zona. El tratamiento se realiza en una sesión y ocasionalmente algunos pacientes pueden requerir un retoque cuando pasan dos semanas”. “Con una sola sesión es suficiente, aunque como la revisión del efecto es a las dos semanas, ocasionalmente se inyecta alguna unidad más para mejorar el resultado”.

Otras indicaciones del Botox® - Toxina Botulínica


  • Hiperhidrosis - sudoración excesiva palmar, plantar, axilar
  • Cefaleas, Migrañas
  • Bruxismo, alteración de los músculos de la mandíbula

Contraindicaciones

Las inyecciones de botox son desaconsejadas en las mujeres embarazadas, incluso a principios del embarazo o en el período de lactancia. La asociación con un tratamiento anticoagulante, antiinflamatorio o a base de antibióticos de la clase de aminósidos tampoco es recomendada.

El botox es contraindicado en las personas que sufren de una patología neuromuscular como mi astenia y el síndrome de Lambert-Eaton. Es también desaconsejado en los deportistas de alto nivel, porque las inyecciones pueden hacer perder el 1 % del tono muscular.

Efectos Secundarios Botox

Como cualquier otro medicamento, el botox o toxina botulínica puede tener numerosos efectos adversos, más o menos frecuentes, que varían en función del lugar en el que se aplica. El primero de ellos a tener en cuenta es una posible reacción alérgica que puede causar diferentes síntomas: inflamación de la cara y la garganta, dificultad para respirar, urticaria, sibilancias, etc.

Salvando los problemas de alergia, los efectos secundarios suelen producirse en los primeros días posteriores a su aplicación y en general duran poco tiempo, aunque en ocasiones se pueden prologar durante meses o más tiempo.

En la cara

Algunos de estos efectos, especialmente en el campo de la estética, obedecen a una incorrecta aplicación del botox, ya que se debe tener muy en cuenta la expresión facial y un pinchazo en el lugar erróneo puede ocasionar un gesto defectuoso o un cambio de la expresión facial, ya que lo que se está haciendo es bloquear el músculo en una posición concreta. Ejemplo frecuentes son:

  • Que se produzca la caída del párpado o del músculo facial en el que se aplica.
  • Que no se pueda cerrar completamente el ojo.
  • Que se produzca un exceso de lagrimeo o, por el contrario, un síndrome del ojo seco.
  • Daños en la córnea.
  • Con menor frecuencia, mareos, debilidad de los músculos faciales, etc.

Cuello y hombros

En este caso los efectos adversos más frecuentes del tratamiento con botox son la dificultad para tragar y la debilidad muscular y dolor, aunque también puede producirse:

  • Rinitis.
  • Tos.
  • Irritación de Garganta.
  • Dolor de cabeza.
  • Pérdida de sensibilidad de la piel.
  • Malestar general.
  • Fiebre.
  • Boca Seca.
  • Somnolecencia.